martes, 2 de diciembre de 2008

LEYENDAS

LEYENDAS DE LA REGION PAMPEANA:










El Pombero:
Es el más temido de los duendes de la región pampeana, sobre todo por los niños. Es el protector de los pajaros y su nombre quiere decir "espiar".
Según las versiones más acreditadas, su presencia muestra a un hombre negro, petizo, peludo y muy feo, una especie de enano fornido y mal engestado cubierto por un enorme sombrero de paja.
El Pombero recorre durante el día el monte con una caña en la mano y con ella castiga a los niños que encuentra cazando pajaros; por la noche continúa en sus recorridas, pero esta vez para castigar a los niños que presiguen a los cocuyos.
Gualicho:
Gualicho o Hualicho, es un genia invisible al que se atribuyen gran número de males. Y por eso cuando una persona sufre un daño físico o moral de dificil cura, dicen que está "engualichado"; le gusta introducirse en las viejas a las que provoca toda clase de achaques molestos, también está presente en aquellas personas que el amor les provoca ciertos sufrimientos.
En otras tribus recibió el nombre de Añanga



BUENOS AIRES



Leyendas urbanas: los "fantasmas" de Buenos AiresLa ciudad también está hecha de las historias mágicas que cuentan sus habitantes. ¿Cuáles son los fantasmas que dan vueltas por Buenos Aires?
Eduardo PogorilesAunque nadie lo admitirá oficialmente porque el proyecto se estudia para 2003, en el Gobierno porteño creen que es tiempo de hacer lo mismo que ya se hizo en Montevideo, Bogotá y Río de Janeiro: relevar el "patrimonio intangible de Buenos Aires". Esto significa recolectar los mitos y leyendas urbanos de tradición oral que circulan en los barrios, sin desdeñar, por ejemplo, las creencias en fantasmas. Con esos relatos de la Buenos Aires "mágica", se creará un "archivo sonoro" que luego se podría recrear con actores, elaborando guiones de radio y textos escolares."En Montevideo buscamos historias contadas en primera persona. Me refiero a los cuentos del lobizón, a los hechos sobrenaturales que siguen en la memoria de varias generaciones por alguna razón", cuenta el psicólogo uruguayo Néstor Ganduglia, quien trabajó estos temas en su país con el apoyo de la Dirección de Cultura y en Colombia, con el Convenio Andrés Bello. "Se puede decir que sigo la tradición familiar, porque mi padre contaba cuentos de fogón en el norte rural uruguayo", dice Ganduglia, cuyo trabajo quedó registrado en dos CD titulados Historias de Montevideo mágico .León Tenenbaum, autor de más de 12 libros sobre la ciudad —entre ellos Buenos Aires, un museo al aire libre— explica algo que no es tan obvio: "No hay que subestimar el poder de la ilusión y del mito. Para acercarse a estas leyendas es necesario suspender por un momento los límites de la credulidad. Porque antes que verificar científicamente la base real de estas historias, se trata de entender su sentido más profundo". Memorioso, Tenenbaum resume: "No se tratar de salir a cazar fantasmas . El tema es entender qué están diciéndonos estas creencias, de qué aspecto de nosotros mismos hablan".La gente suele apropiarse de las historias "mágicas". En estos tiempos de desamparo, hoy, en Barracas, los vecinos dicen que el fantasma benévolo de la bella Felicitas Guerrero —asesinada en 1872 por un amante rechazado— acostumbra aparecer sobre las torres góticas de la iglesia, ubicada en Pinzón 1480. También dicen que "se siente" su presencia en el interior del templo. Algunos hacen ofrendas y aseguran que quien toca las rejas del atrio de la iglesia, recuperará el amor que perdió. Pero hay más. En 1981 la iglesia construída por los padres de Felicitas fue donada al municipio. Al iniciarse la restauración del templo, estaban caídas simétricamente las cinco alas derechas de los ángeles de mampostería que hay a la entrada. Cuando el arquitecto restaurador Roberto Devincenzi talló las alas siguiendo la escala original y las colocó, sonaron inexplicablemente las pesadas campanas. "Más allá de que se crea en ellos o no, la humanidad produce dioses, mitos, leyendas y fantasmas. Lo sobrenatural se relaciona con cierta experiencia de lo sagrado, es una dimensión humana, cultural, en sentido amplio", dice la escritora María Rosa Lojo, autora de Historias ocultas en la Recoleta. Como ella destaca, "uno de los textos fundadores de nuestra literatura, el Facundo de Sarmiento, empieza invocando al fantasma de Quiroga para que nos explique el misterio de la vida y de la muerte. Hay una tradición que va de los cuentos folclóricos de aparecidos hasta Mansilla, Mujica Lainez y Sábato".Durante 15 años, el periodista Jorge Halperín se dedicó a reunir las más extrañas leyendas urbanas para su libro Mentiras verdaderas. Dice: "Una sociedad funciona porque construye tramas de símbolos. Las leyendas siempre son portadoras de una verdad". Creer o reventar, aquí están algunas de las historias de fantasmas que sobrevuelan Buenos Aires.







LA PAMPA



Hace mucho tiempo, el peludo y la lechuza eran novios. Pero después, por una cosa o por otra, se disgustaron.
El peludo le había regalado unas medias blancas, la lechuza se las llevó.
Tuvieron un desacuerdo muy grande y el peludo, como se sintió engañado, dijo :
_ ¡Ya vas a ver vos lo que te va a pasar : donde quiera que estés vas a ser descubierta y te van a matar !.
Por eso, en el campo, es muy conocido cuando la lechuza grita, entonces salen los perros y la dejan lista.
Fue por su novio y las peleas que tuvieron.



























LEYENDAS DE CORDOBA













Leyenda del Algarrobo : Esto sucedió hace mucho tiempo, en la época en que los españoles comenzaron la conquista de estas tierras en América.Un día, los indios comechingones, muy asustados, vieron que unos hombres de piel blanca, cargados de armas, avanzaban sobre ellos. Venciendo su temor, los hombres del cacique comechingón Ipachi Naguan lucharon contra los hombres blancos.La lucha fue larga, y el hambre y el cansancio fueron debilitando a los comechingones. Ipachi Naguan, entonces, decidió guiar a su pueblo hacia un bosque de algarrobos y allí pidió a los dioses que protegieran a sus mujeres y niños.En un momento, todo pareció perdido, pero entonces sucedió lo inesperado.Las ramas de los algarrobos comenzaron a sacudirse y desde las alturas cayó una lluvia de frutos que se abrieron y dejaron ver sus semillas.Esas algarrobas fueron el mejor alimento para los indígenas, que comieron hasta hartarse.Después se sintieron con más fuerzas, volvieron a la batalla y vencieron a los españoles.El fruto de los algarrobos había salvado a los habitantes de esta tierra













SANTA FE













La leyenda del Inglés de los Huesos
Por Dr. Antonio Taboada Cululu, Santa FeEnviada a través de LT9, Radio Brigadier Lopez de Santa Fe
Hace mucho tiempo atrás, alrededor de 1890, había un caballero inglés que viajaba periódicamente hacia el norte de la provincia de Santa Fe para comercializar hacienda vacuna.En uno de esos viajes estableció una amistad con mi bisabuelo, Don Agustín Iriondo, propietario de estas tierras de la localidad de Cululu.Cuenta la leyenda que cuando el inglés pasaba por esta zona se hospedaba en esta casa y contaba con la hospitalidad del propietario, quien puso a su disposición el campo donde pastaban los animales de rodeo y la casa para que se hospedara.Durante su descanso, el inglés tenía la costumbre de sentarse en un sillón hamaca donde pasaba mucho tiempo pensando en su amada esposa, quien residía en Londres, su tierra natal.Era muy alto, fuerte, rubio, de ojos muy claros. Tenía muy buena relación con los peones, ya que muchas veces los ocupaba con la hacienda en tránsito.Por su personalidad, al poco tiempo se lo reconoció como una persona afamada, no sólo por ser extranjero sino también todo un caballero.Un día el inglés no se presentó por la mañana. El personal de servicio entró a la casa para despertarlo o ver si necesitaba algo, ya que siempre se levantaba muy temprano.Al entrar se encontraron con un cuadro tétrico: el inglés yacía en el sillón hamaca muerto por un tiro en la cabeza del revólver que él siempre portaba.En el escritorio encontraron dos cartas: una en la que se despedía de su amigo Don Agustín Iriondo, contándole que había decidido poner fin a su vida, y la otra era de su esposa, quien le decía que no podía seguir viviendo de esa forma y había encontrado otro hombre que le diera su amor.La gente del campo no sabía qué hacer con el cadáver, ya que el propietario estaba en Santa Fe y al no poder comunicarse con él, decidieron enterrarlo en algún lugar cercano a la casa.Nunca se supo cuál es el lugar exacto donde descansan los restos del inglés, ya que mi abuelo murió muy joven y su esposa Lucía nunca quiso hablar del tema.A partir de aquel momento, surgieron numerosas leyendas entre la gente del campo. Una de las más conocidas es la del fantasma del inglés, que sale por las noches como una luz mala. Su sillón aún continúa meciéndose solo, como si en verdad el inglés estuviera presente.Todo este cuadro crea un cierto recelo por la casa, no sólo en el personal de servicio que se negaba a entrar a la habitación o a pasar cerca del sillón, sino también en los propios peones, quienes no querían acercarse a la casa de noche por temor a que “el inglés de los huesos” se les apareciera.Varios años más tarde, mi abuela, quien ya había enviudado, mandó a quemar el sillón-hamaca para apaciguar los ánimos del personal de servicio.Durante mi niñez escuché esta historia muchas veces, no sólo de boca de mi familia sino también del personal del campo.Hoy ya han pasado más de cien años y el temor aún persiste en esta casa.Hace más de tres décadas que vivo aquí y, para hacer honor a la verdad, no tengo temor alguno. Pero, debo decir que me siento acompañado por alguien que muchas veces hace jugadas extrañas que yo atribuyo al “inglés de los huesos”.Lamentablemente, a pesar de que hablo con él a diario, ni siquiera conozco su nombre

No hay comentarios: